Cuando mi hijo
mayor tenía 4 ó 5 años empezó a pedir un hermanito. En ese momento no era
posible satisfacer ese deseo, pero le prometimos que oraríamos juntos con él y
que Dios en su voluntad nos iba a permitir ese privilegio nuevamente. Por
varios años oramos todas las noches por un nuevo hermano para David (así se
llama mi primer hijo), y luego de orar continuamente, cuando David tenia casi
10 años llegó Magdiel. Luego, a los dos años llegó Daniel Isaías. Los tres
ahora hacen un buen equipo. Increíblemente juegan juntos, se entienden, se dan
mucho cariño y la verdad es que la espera no ha sido en vano.
Cuando
decidimos espaciar el tiempo entre un hijo y otro, hay muchas cosas de las que debemos
tener conciencia. Muchos sucesos nos pueden tomar de sorpresa si no asumimos la
repercusión que tiene este asunto en nuestras familias. Los hijos más grandes, y que han crecido como
si fueran únicos, tienen una percepción diferente del hogar que los demás
hijos; esto simplemente porque tienen la idea de que todo es de él y para él.
No hay nadie más en el hogar con sus mismos derechos, por lo que cuando la
familia crece, esta percepción cambia drásticamente si no se les ha preparado
previamente.
Para
prepararlos les podremos decir las cosas que se darán cuando llegue el nuevo
bebé. Podemos decirle por ejemplo: “tu hermano va a recibir muchos regalos pero
eso no significa que los merezca más que tú, sino que es un nuevo bebé y
principalmente la familia quiere recibirlo regalándole algo que de seguro va a
necesitar.” Podremos decirle también que “el nuevo bebe recibirá mucho cariño y
atención de toda la familia” y hacerle saber que cuando él era pequeñito también
recibió todo eso. Decirle que, “un bebé no se vale por sí mismo sino que necesitará
de toda la atención y amor de sus padres e incluso de su hermano mayor, para
que crezca en un ambiente sano y seguro.”
Cada pareja se
pone de acuerdo con la cantidad de hijos y qué tan espaciados los tendrán, lo
más importante será asumir las ventajas y desventajas que trae cualquier decisión
que se tome, porque en un futuro repercutirá notablemente en la familia
completa.
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