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martes, 11 de junio de 2013

Nuestros amiguitos los gérmenes





Siempre queremos ver nuestros pequeños impecables, pero la realidad es que los niños tienen que ensuciarse, necesitan estar en contacto con el entorno pues es parte del aprendizaje que tienen que hacer en la infancia. Si se los impedimos, les quitamos libertad. Me di cuenta de eso unos añitos atrás cuando sólo tenía mi primer hijo. Realmente me costaba mucho soltarlo en un patio y que se ensuciara de pies a cabeza con tierra, grama y demás cosas en un patio o parque. Yo prefería que mi esposo se lo llevara a pasar la tarde junto a sus otros primitos  jugando, aunque luego yo viera los vestigios que dejaba la tarde de diversión (cuando llegaba la ropa a mi casa). Ya de esto me liberé luego de tener dos varones más (ahora de 4 y dos años de edad) y que veo ciertamente lo importante que es para ellos tener contacto con la naturaleza.

Los bebés, sobre todo cuando empiezan a gatear y luego a andar, entran en contacto con todo tipo de superficies, que de seguro estarán infectadas con bacterias, virus y hongos, porque se sabe que estos pequeños bichitos conviven con nosotros. Luego el bebé se lleva la mano a la boca y pueden entrar en su organismo, a través del chupete o de la tetina del biberón. En fin hay cientos de focos de bacterias en nuestra vida cotidiana.

Estamos acostumbrados a pensar que el niño debe mantenerse aislado de microorganismos para evitar infecciones, pero los gérmenes no son enemigos, pues al contrario de lo que pueda creerse tienen una función beneficiosa para su salud: ayudan a fortalecer su sistema inmune. Por lo que si intentamos evitarlos y convertir nuestro hogar en un espacio aséptico, en lugar de estar beneficiando a nuestros pequeños, los estamos perjudicando, pues debilita el sistema inmune. Los padres que no se obsesionan con la limpieza contribuyen a que el niño desarrolle un sistema inmune más fuerte y sólido.
No estamos hablando de ser sucios. Ni una cosa ni la otra. Debemos mantener una higiene razonable como quitar los chorros, eliminar restos de comida, mantener la casa limpia, pero no pretender convertirla en un sitio estéril.

Durante los primeros meses de vida del bebé, puede ser necesario esterilizar biberones, tetinas y chupetes, incluso hay discrepancia de criterios al respecto, pero en cuanto vemos que el bebé empieza a llevarse todo a la boca, ya no tiene demasiado sentido ya que esto no lo podemos evitar. Esta es una etapa en la que ellos están explorando y conociendo los objetos y es una manera de conocer la textura y demás características de los mismos.

Los microorganismos sirven para entrenar y mejorar el funcionamiento del sistema inmunitario. Por supuesto que es importante conocer donde está el mayor peligro, pero también lo es ser sensatos y saber que los gérmenes no son enemigos.

Fuente principal: Bebes y Más
Imagen: Dreamstime.com

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