Los flash-cards o bits de inteligencia son “tarjetas de información visual” acompañadas de un estímulo auditivo. Inventadas por Glenn Doman, un fisioterapeuta estadounidense, creador del método de estimulación temprana que lleva su nombre, y lo que busca es estimular al niño para que aprenda los conceptos en ellas representados al tiempo que mejora la atención, facilita la concentración y desarrollar su capacidad memorística.
Existen bits de todo tipo: letras, números, bits para aprender arte, música, otros idiomas… También los podemos personalizar, haciéndolos nosotros mismos en casa.
Pero, más allá de que queramos poner en práctica o no el método Doman, los bits de inteligencia pueden convertirse en un juego muy divertido para los bebés que están en plena explosión del lenguaje, aprovechando sus ganas infinitas de conocer nuevas palabras.
¿que shesho?
Esa es la frase que con frecuencia pronuncian nuestros hijos pequeños queriendo descubrir el mundo a pasos agigantados, preguntándonos a todas horas ¿eso qué es? con los ojos abiertos como platos y deseando aprender nuevos conceptos y palabras.
Un juego barato e inagotable
Aunque existen verdaderos métodos que indican los minutos de exposición diaria a las tarjetas, no necesitamos seguir ningún programa de estimulación de inteligencia si no nos apetece. Podemos utilizarnos cómo nos parezca, simplemente cuando veamos que el niño está receptivo y dejándolo cuando empiece a perder el interés.
Juegos que se pueden hacer:
- Primero, simplemente usándolos para aprender las primeras palabras, que corresponden a conceptos sencillos y cotidianos: mesa, libro, cama, vaca, coche, etc.
- Describir las imágenes: una mesa azul, una cama grande, una niña que está contenta.
- Aprender los colores: pelota amarilla, coche rojo, silla azul, etc.
- Aprender los primeros números, bien con los bits que los incluyen o bien sumándolos nosotros (por ejemplo cogiendo a la vez las tarjetas de los dos niños)
- Inventar historias: el niño está muy contento porque va a montarse en el coche rojo para irse a su casa.
- Aprender palabras en español (que por cierto, mucho lo necesitan nuestros niños para que no pierdan sus raíces e identidad). Si nos parece, podemos repetir también las imágenes pronunciando su correspondencia en inglés (o en otro idioma).
Como vemos, los bits de inteligencia son un recurso divertido, versátil y económico con el que podemos acertar a la hora de hacer un regalo de Navidad ideal para los chiquitos en plena explosión del lenguaje.
Vía: Bebés y Más.
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