Su nombre es Shelly Concord Cawley y cuando fue a dar a luz a su bebé no podía ni imaginar que la cosa se complicaría hasta el punto de tener que hacerle una cesárea de emergencia, en la que todo se complicó quedando en estado de coma.
El causante de todos los problemas fue un coágulo de sangre que lo complicó todo. Los médicos del hospital Carolina del Norte vieron que la única manera de actuar era hacer cesárea de urgencia, con la esperanza de salvar la vida de las dos.
La bebé nació bien, pero la madre quedó en coma y, según los médicos, en un estado de mucha debilidad y cercano a la muerte.
Tras una semana en coma, sin mucha esperanza de que la situación se revirtiera, las enfermeras pensaron que quizás el contacto con la niña podría ayudarle. Se sabe que se suele decir que hay personas que, a pesar de estar en coma, pueden oír y sentir, y es exactamente lo que pasó.
Los padres y la hija posando con el equipo médico, meses después
La bebé tenía ya un semana de vida, estaba recuperada del parto y su padre la puso en los brazos de su madre. Allí empezó a llorar y sucedió lo que todos ansiaban que sucediera: ella despertó.
Quizás al oírla su conciencia volvió al momento en el que se perdió, ese momento en el que ella estaba dando a luz y sólo esperaba oír el llanto de su hija como muestra de que todo estaba bien. Quizás ya sabía que había sido madre y al notarla sobre ella, llorando, el instinto materno de cuidarla y protegerla para siempre le hizo luchar con fuerza para abrir los ojos. El caso es que ahora Shelly Concord Cawley, contenta y a la vez fascinada por lo vivido, asegura que "cree 100% en los milagros".
Fuente principal: Bebés y Más.
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