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miércoles, 26 de septiembre de 2012

La siesta de los pequeñines


No estoy perdida, estoy aquí de nuevo y con todo el deseo de darles los consejos que tanto les encantan y sé que ponen en práctica desde que tienen la oportunidad. Me he tomado unos días para atender algunos asuntos familiares de mucha importancia,  pero ya estoy de vuelta.

Una de las experiencias que he tenido en estos días es el cambio de rutina de la siesta de mis hijos pequeños,  y algo muy importante para las mamás es descansar el tiempo adecuado para tener un día provechoso, tanto para los niños como para las ellas mismas, y yo particularmente aprovecho la siesta de ellos y descanso un rato.  Pero la rutina con los pequeños, incluyendo la siesta de la tarde, se puede desequilibrar cuando tenemos que realizar actividades o diligencias fuera del hogar, es por eso que  he optado por ser flexible en las rutinas de mis hijos, por ejemplo con relación a su siesta de la tarde.

Todos los días debo recoger  mi hijo mayor a la escuela a las 3:00 p.m. y tengo  que salir con mis dos pequeños que tienen  2  y  4 años.  Lo que hago es que trato de que  duerman su siesta como a la 1:00 p.m. (para mi es lo ideal).  En ese tiempo realizo algunas tareas en el hogar y hago los alimentos. Si no logro hacer eso, porque los niños se inquietan cuando su papi viene a almorzar a la casa, lo que hago es que almorzamos todos juntos  y luego los voy animando y estimulando para que no se duerman antes  las 3:00 p.m.  Cuando logro eso, los monto en el vehículo, les pongo música o  les canto, y como la escuela queda bien cerca regresamos pronto e inmediatamente los acuesto;  no sin  antes darles un vaso de leche y duermen más o menos una hora o una hora y media. En ese tiempo descanso un poco con ellos mientras mi hijo de 13 años realiza sus tareas escolares.
Cuando tenemos niños pequeños es mucho el trabajo que hay que hace durante el día, atendiendo sus necesidades en general, jugando con ellos, leyéndoles, etc., por lo que el trabajo resulta día a día muy agotador. Por esta razón una siesta en la tarde no nos cae nada mal y sobre todo tranquilas de que nuestros pequeñines no están sin atención, sino que están igualmente descansando.