En los roles que tenemos como mamás, esposas,
hermanas, hijas, profesionales, etc.; precisamos de mucha
ayuda divina. Muchas son las situaciones que enfrentamos día a día y que nos
quieren quitar la paz y el contentamiento que necesitamos para continuar la
lucha constante con nuestras familias. Por eso les comparto un desafío que
tengo para esta semana y que espero ustedes también lo hagan suyo.
Cuando algo amenace con robarnos el contentamiento,
elijamos sacar de la fuente de Dios; tomemos la decisión de dejar de sacar de
otras fuentes y de tratar de tener el control. Cuando nos demos cuenta de que
nos estamos poniendo nerviosas, ansiosas o airadas, detengámonos y digamos:
"Señor, tú eres mi fuente y saco de ti el poder para ser amable. Saco de
ti el perdón que necesito para perdonar en estos momentos. Saco de ti el amor
que necesito expresar". Esta decisión consiste en confiar plenamente en
nuestro Creador.
Prestemos atención y veremos cómo Dios calmará
nuestro espíritu, y nos dará la confianza que necesitamos si acudimos únicamente
a El. Nos sorprenderemos de nuestra propia actitud; si buscamos desde adentro,
no carnalmente, el Señor Jesús nos dará la capacidad de responder como El
quiere que lo hagamos. Sean bendecidas!
Fuente principal: En Contacto
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