Te casaste?
Es mucho lo que
podemos hablar del tema de parejas o del matrimonio en estos tiempos donde
lamentablemente es una institución que no está en sus mejores épocas. La tasa
de divorcio es altísima por todos lados ya que se ha tomado el matrimonio como
algo sin importancia. “Me caso, y si no funciona, me divorcio”, al parecer esto
es lo que se piensa al unirse en el santo vínculo del matrimonio. O
sencillamente las parejas se unen con el propósito y motivación errados.
Para los que
seguimos los principios bíblicos esto no es tan fácil de digerir, porque Dios
dice en su palabra que el hombre se unirá a su mujer y serán una sola carne. “Y dijo: Por tanto, el hombre dejará padre y madre, y se
unirá á su mujer, y serán dos en una carne.” Mateo 19:5. Una de las promesas que hacemos cuando
contraemos nupcias es que estaremos casados “hasta que la muerte nos separe”. Esta es una promesa que se rompe por muchas razones;
válidas o no, son razones que lamentamos de verdad. Personas que se amaron
genuinamente por mucho tiempo y luego los vemos divorciarse y dejar hijos
marcados por una separación que a veces no tiene arreglo.
Lo que Dios
quiere es que el hombre ame a su mujer: “Así también los
maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su
mujer, a sí mismo se ama” Efesios 5:28. Dios llama a la mujer a que respete
a su marido: “En todo
caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la
mujer respete a su marido.” Efesios 5:33. Cuando estos mandatos bíblicos se
pasan por alto, ya sea por desconocimiento o por negligencia y es de ambas
partes, por su puesto que el matrimonio no va a funcionar. Cuando el hombre se
siente respetado (esto es tratarlo con dignidad,) y la mujer se siente amada y
cuidada, tiene que reinar un ambiente de cordialidad y por consiguiente, los
resultados serán un matrimonio saludable y unos hijos que se respeten
mutuamente y respeten a sus padres.
En definitiva este es un tema muy amplio y del que se habla continuamente. Así que esto
es solo un esbozo de lo que les puedo recomendar. Debemos amar a Dios y considerarlo
como lo que es, el Dueño y Señor de nuestras vidas. Cuando reconozcamos eso
nuestra vida cambiará y veremos a los demás como los ve Dios.
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